
¿Por qué dan tantas ganas de comer en la noche?
Rocío Vargas Rubio¿Te comiste por la noche una cena o gusto culposo?
Todos hemos estado ahí: es tarde, estás acostado o trabajando en tu lap top, tal vez incluso leyendo o viendo tu celular, y de repente, ¡pum! El hambre nocturna ataca. La lucha es real y, a menudo, viene acompañada de un plus incómodo: la culpa por romper la "disciplina" y la cantidad de porción que puedes llegar a comer, si tu hambre es elevada. Pero calma, no estás solo y mucho menos atrapado. Aquí te contamos cómo manejarlo de manera inteligente, sin que tu noche se convierta en una batalla emocional.
¿A qué se debe el hambre nocturna?
El hambre nocturna puede deberse a varios factores, como saltarte comidas durante el día, lo que lleva a tu cuerpo a intentar compensar, o hábitos emocionales como el estrés, la ansiedad o el aburrimiento. Incluso la falta de sueño desregula las hormonas del hambre y puede hacerte más propenso a buscar comida. Saber esto es clave para entender que no siempre es un "capricho," sino una respuesta natural de tu cuerpo.
¿Qué comer por las noches?
Para manejar esos antojos sin sabotear tu bienestar mental, lo primero que puedes hacer es reevaluar tu cena. Asegúrate de que sea balanceada y saciante combinando proteínas como pollo, huevo o tofu; grasas saludables como aguacate o frutos secos; y fibra, que puedes encontrar en verduras o granos integrales. Esto te ayudará a mantener tu energía estable y a reducir los ataques de hambre nocturnos. Si el hambre te gana, ten snacks inteligentes a la mano, como yogurt natural con fruta, un puñado de almendras o zanahorias baby con limón. A veces, también confundimos sed con hambre, así que un vaso de agua o un té relajante como manzanilla puede ser suficiente.
Identifica tu pensamiento y sentimiento.
Es importante preguntarte si el hambre es física o emocional antes de ir directo a la cocina. Si descubriste que estás aburrido, estresado o ansioso, busca una distracción como escuchar música, meditar o escribir lo que sientes. Si ya comiste y te sientes culpable, primero respira. Comer de noche no te hace un fracaso. La culpa solo empeora las cosas. Sé amable contigo mismo, evalúa por qué sentiste hambre y ajusta tu rutina para el día siguiente. Recuerda que castigarte con restricciones al día siguiente solo refuerza un ciclo negativo.
¿No te pudiste resistir?
Si no pudiste resistir y comiste más de lo planeado, no te castigues. Esto no define tu progreso ni quién eres. Eso solo fue un momento, una comida y es todo, no define el día de mañana, ni tu metabolismo de la próxima semana. Solamente que ten mayor enfoque en la consciencia para la próxima elección. El cuerpo es sabio y buscará equilibrarse en los días siguientes. Lo mejor que puedes hacer es retomar tus hábitos de manera natural y priorizar comidas balanceadas al día siguiente. Reconoce ese momento como una experiencia, no como un fracaso. A veces, permitirte disfrutar sin juicio es más saludable que tratar de cumplir con estándares imposibles. Lo importante es que cada día es una nueva oportunidad para escuchar a tu cuerpo y darle lo que necesita.
¿Qué hace en el futuro ansioso?
Para prevenir el hambre nocturna a largo plazo, organiza tus comidas diarias para incluir al menos tres comidas principales y una o dos colaciones, duerme bien para mantener tus hormonas reguladas, y gestiona el estrés con actividades que te relajen como ejercicio o meditación. Y algo que en VARUGU te recomendaremos... ¡Toma tus suplementos! No le quieras dejar todo al avatar (cuerpo) y menos si no tienes una nutrición balanceada y enriquecida de tus alimentos diarios. Explora nuestras colecciones de suplementos para que veas los fantásticos testimonios.
Eres tu prioridad...
Y recuerda, comer de noche no es el enemigo; lo importante es aprender a escuchar a tu cuerpo y cuidarlo, sin juicios ni culpas. En VARUGU sabemos que el bienestar también está en cómo manejamos nuestras emociones. ¡Tú puedes con esta misión! Confía en ti, nosotros confiamos en ti.